Porque esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador, el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad.
1 Timoteo 2:3-4
La cruz es símbolo de la voluntad de Dios, es algo difícil de aceptar pero indispensable para ser salvo. Jesús mismo aceptó la voluntad de su Padre y tomó su cruz para morir por nuestros pecados y obedecer esa voluntad de Dios, el cual quiere que todos los hombres sean salvos.
¿Pero cómo tomar la cruz y seguir a Jesús?
Esta pregunta sería difícil de responder si el mismo Cristo no nos hubiera enseñado la manera para hacerlo. Al considerar su sacrificio por nosotros nos daremos cuenta que Cristo tomó la cruz con agrado Salmos 40:8, con oración Mateo 6:10, Lucas 11:2 con humildad Juan 4:34, 5:30, 7:17 con angustia Mateo 26:42 con resolución Juan 19:17 con obediencia Filipenses 2:8, Hebreos 10:7-10 con gozo Hebreos 12:12. Nunca fue la intención del Señor desobedecer a su Padre y renunciar a su cruz, pues esa era la voluntad del Padre para él y por esa obediencia no solo murió en la misma cruz que tomó sino que fue resucitado y exaltado hasta lo más alto y sublime de la majestad en el cielo y se le ha dado la promesa que la voluntad de Dios será en su mano prosperada. Isaías 53:10 Esto significa que él cumplirá todos los deseos de Dios.
De esta forma debemos entender que la voluntad de Dios es que nosotros debemos ver al Hijo por la fe Juan 3:14-15, debemos creer en él Juan 20: 25-29, debemos negarnos a nosotros mismos Lucas 9:23, debemos tomar la cruz cada día obedeciendo sólo a él Lucas 9:23, debemos seguirle a él sin importar el costo Lucas 9:23, debemos entregarle nuestra vida de una vez y para siempre Lucas 9:24, debemos dejar el mundo con sus placeres y vanidades Lucas 9:25, 1 Juan 2:17 y debemos vivir para confesarle no solo para ser salvo, sino también para que otros también lo sean Lucas 9:26, Romanos 10:9.
